No gasto tanga de leopardo como Rappel ni leo la verdura como hacía Paco Porras pero me voy a permitir la licencia de hacer una última profecía.
Forma parte de este mi Novísimo Testamento y seguramente en las manos de algún mirón con chalet y rotisería esté cambiarlo.
Vaya por delante que soy cautelosamente pesimista en casi todos los ámbitos de mi vida por lo cual quizás trufadas de un halo negro, estas profecías tiendan a ser poco de color de rosa.
Tampoco quiero que se interprete como que son mis deseos personales, porque no lo son.
A miércoles 14 de mayo yo creo que el Burgos no va a salir bien parado del partido del domingo en Palencia. La primera parada en el Suco de Quintana del Puente se hará en Segunda B y la segunda ya en Tercera.
Lo siento, pero no confío en la victoria.
Una vez pasada la hecatombre deportiva, el Maestro volverá a repetir las palabras que dice una y otra vez desde hace algunas semanas.
"Yo no soy el culpable pero soy el responsable" y como tal, dimitirá, cojerá las llaves del Mercedes y se marchará para su rotisería.
Los jugadores denunciarán al Club por impagos para asegurarse que cobran a 31 de julio y ahí pues pueden ocurrir varias cosas.
Que el tesorero haga como con los buses a Palencia y ponga la pasta o que todo el mundo pase del tema y haya un descenso consecutivo a Regional Aficionados.
Y hasta ahí llega la bola de cristal.
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