lunes, 19 de noviembre de 2007





LA REVOLUCIÓN AZAFRÁN



Según cuentó el sábado la Hoja Parroquial, el Maestro y los Discípulos han decido que nadie en el Club hable sobre temas extradeportivos.
En muchos sitios obligan a firmar cláusulas de confidencialidad para que no trascienda al exterior datos o informaciones comprometidas.
No tendría porqué provocar ninguna crítica de no ser por la intención y el fondo de la medida.

Lo que demuestra esta Omertá es que como bien decía Galán, las cosas en el Club se hacen según le sople el viento al Maestro.

Que Lucas dice el día antes de la Asamblea que después de firmar, alguien no cumplió su palabra (y van...) con respecto al dinero de los fichajes, pues todo el mundo a firmar un papelito para que nadie raje de temas extradeportivos.

También podrían hacerselo firmar respecto a temas deportivos a quién a orillas del Sardinero dijo que "daba vergüenza ver al Burgos".

El problema de fondo de esta "Ley del Silencio" es la necesidad que tienen las altas instancias del Club en que exista una opacidad de sus actos porque ya han visto que con Jefe de Prensa o sin él, no pueden edulcorar sus acciones ante los medios de comunicación.

Y que esta Ley del Silencio tenga como objetivo que el Socio de la Burgatti, que es lo mismo que decir los dueños de la entidad, se vean privados de la información social y económica del Club es lo realmente grave y peligroso.


Es la misma táctica de la Junta Militar de Birmania.

Si no puedes con las protestas, corta las vías de información y podrás hacer lo que quieras.

0 comentarios: